Usar nuestros pasatiempos en la clase de español

Usar nuestros pasatiempos en la clase de español

 

Todos tenemos pasatiempos o intereses que nos relajan en nuestro tiempo fuera de la clase, nos apartan la mente del trabajo, es parte de nuestro espacio privado. Sin embargo, esos mismos intereses pueden ser utilizados en clase para enriquecer nuestra enseñanza.

 

¿Suena contradictorio? Es posible. Pero déjame compartirte mi experiencia con uno de mis pasatiempos. El ukelele.

 

En mis años mozos nunca aprendí a tocar ningún instrumento. El piano me interesó alrededor de mis 25 años, pero no tenía uno para practicar y el de la clase solo lo podía usar en el tiempo de clase. Así que lo dejé después de un par de meses. Aunque lo he retomado años después.

 

 

En Taiwán encontré una gran oferta de clases de música, cerca de mi casa había varias academias y después de pensarlo un poco decidí tomar clases de ukelele. Es un instrumento pequeño, no muy caro, fácil de llevar, y es considerado uno de los más fáciles de aprender.

 

Me registré en una escuela cerca de mi casa y llegué el primer día con nervios e ilusiones por aprender finalmente un instrumento musical. Las personas de la administración no hablaban inglés y ellos estaban más nerviosos que yo, no habían tenido un estudiante extranjero antes.

 

No tuve problemas con el maestro, él hablaba muy bien inglés y la clase sería en ese idioma, el problema era el material, todo estaba en chino, literalmente. En Taiwán es casi imposible encontrar material en inglés, mucho menos en chino.

 

Las canciones que tenía el material eran algunas de niños y otras para jóvenes o adultos, pero eran canciones chinas. Ni decir que no conocía ninguna de ellas. Mientras el maestro me decía “¿Por qué no conoces esta canción? Todos los niños en Taiwán la conocen”, yo le respondía amablemente, “Yo no soy de Taiwán, no crecí con esta música”. Creo que él se olvidaba que soy extranjero.

 

 

Después de lo sucedido, el maestro empezó a llevar algunas canciones en inglés para que yo aprendiera, eso me ayudó mucho.

 

Por razones de tiempo, hace unos años dejé las clases y por un tiempo el ukelele estuvo en su bolsa guardado. Pero pudo más el deseo de tocar y decidí sacarlo de su bolsa, limpiarlo y afinarlo. Si no encontraba material en las librerías, utilizaría internet.

 

Empecé a buscar tutoriales en YouTube de las canciones que me gustaran, para aprender los arpegios y busqué las partituras con en otras páginas. No es lo mismo que tener un maestro, pero igual me ayuda a relajarme. Luego me di cuenta de que esto podía utilizarlo en clase y escogí una canción sencilla, de tres acordes, que podía tocar y enseñar a mis estudiantes.

 


La canción elegida fue “La Bamba”. La practiqué, aprendí dos arpegios diferentes, pero si la iba a utilizar en clase debía usar la versión más sencilla. Después de escogerla, me armé de valor y en una clase en línea la enseñé. Es una clase de dos hermanos, niño y niña.

 

¿El resultado? ¡Les encantó! La cantamos varias veces en clase y después de decirles que solo tiene tres acordes, como ellos están tomando clase de guitarra y ukelele, se emocionaron y dijeron que querían aprenderla. La practicaron por tres semanas y finalmente hicieron un video.

 

Debo confesar que el hecho de que les haya gustado e hicieran un video es motivante, lo mejor es que pude llevar mi pasatiempo a la clase, compartirles una canción clásica en español, un poco de cultura latina, les ayudó a su pronunciación y ellos estaban felices.

 

Con otra clase en línea, enseñando el cuento de “Los tres cerditos”, improvisé una melodía para que pronunciaran “Soplaré y soplaré y tu casa derribaré”, y lo hicieron con buen ritmo, pronunciación y bien memorizado. Hasta la fecha, a veces se ponen a cantar estar parte.

 

¿Qué pasatiempo tienes que podrías incluir en tu clase de español?

 

Saludos desde Taiwán,

Yo soy Fernando.

 

 

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